Identificaciones que transforman
No te harás imagen, ni ninguna semejanza de lo que esté arriba en el cielo, ni abajo en la tierra, ni en las aguas debajo de la tierra. No te inclinarás a ellas, ni las honrarás; porque yo soy Jehová tu Dios. Éxodo 20:4-6.
Fíjate que el término “ídolo” es una palabra que proviene del ámbito religioso y que, sin embargo en nuestros días, especialmente en la juventud, se aplica a muchos personajes famosos de distintos ámbitos de la cultura que provocan una admiración suprema en sus fans, o seguidores. Es que conscientemente o no, quienes lo usan han establecido una analogía entre lo que sucede en el fenómeno religioso y le que experimentan los admiradores de estos personajes de la cultura.
Nuestra personalidad, nos dice la psicología, se forma en gran medida por identificaciones. Cuanto más elevado y noble sea el objeto de tu identificación, en la misma proporción tu carácter y tu personalidad se elevarán y ennoblecerán. Cuanto más bajo, degradado y rastrero sea aquello que admiras y con lo cual te identificas, en la misma proporción te irás degradando como persona.
Por ese motivo Dios pidió expresamente a su pueblo Israel y a nosotros, que no nos inclinemos ante ninguna imagen material creada por la mano del hombre para representarlo a él o para representar a otras divinidades ficticias (politeísmo), porque él sabía que el efecto sería la degradación espiritual y moral. Lamentablemente, el cristianismo mayoritario se ha apartado de esta clara indicación divina y millones de personas se postran con veneración delante de imágenes creadas por la imaginación humana, que representan a seres humanos, llamados “santos”, que han sido tan débiles y mortales como ellos.
Pero más allá de esta veneración concreta a un ídolo esculpido materialmente, ¿ante que ídolos te inclinas tú? ¿Qué es aquello que pones delante de Dios como si fuese más digno de tu admiración, gratificación, devoción, seguimiento, lealtad e imitación? Al compararlo con el Dios verdadero, con la grandeza de su carácter, su poder y su amor, verás que todo otro objeto o persona se hunde en la insignificancia. Solo él puede elevarte, ennoblecerte, y satisfacer los anhelos y aspiraciones más profundos de tu corazón. ¡Pruébalo!
Tomado de: Lecturas devocionales para Jóvenes 2015
“El tesoro escondido” Por: Pablo Claverie
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