Reflexiones para tí.

Salvación para todos

«Jesucristo se ofreció en sacrificio  para que nuestros pecados sean perdonados: y no solo Los nuestros, sino los de todo el mundo» (1 Juan 2: 2).

Aunque entre pasajeros y tripulantes, el Titanic tenía capacidad para más de tres mil personas, los botes salvavidas solo podían alojar a poco más de mil pasajeros. ¿Por qué no hicieron provisión para salvarlos a todos en caso de una emergencia? Porque nadie creía que pudiera naufragar. ¿Para qué tener botes de rescate si «ni Dios» podía hundir el majestuoso buque?

Casi a media noche, cuando la gran mayoría dormía plácidamente, sonó la alarma de emergencia anunciando que era necesario la evacuación de los pasajeros. Se puso en marcha el protocolo que establecía que las mujeres y los niños debían subir primero a los botes salvavidas. Esto dejó en franca desventaja a todos los hombres. Pero también se impuso un protocolo que no estaba escrito: hay que proteger la vida de los más adinerados. Según la comisión que investigó el naufragio, de las 1,514 personas que murieron, el 8% eran pasajeros de primera clase; el 12% eran pasajeros de segunda, y el 35% de tercera; el resto eran miembros de la tripulación. Sin duda alguna, en el Titanic la salvación dependió de la cantidad de dinero que tuviera el pasajero.

¿Qué pasaría contigo si Dios decidiera llevar al cielo únicamente a las mujeres y a los niños? ¿Y si tu salvación dependiera de tu posición económica? Probablemente, muchos de nosotros estaríamos condenados a bracear hasta nuestro último suspiro en el lago de fuego y azufre que se menciona en Apocalipsis 20. Pero, a diferencia de los directivos del Titanic, nuestro amante Padre celestial ha hecho provisión para que todos, con independencia de nuestro sexo, edad o posición social, podamos tener entrada al reino de los cielos. ¡Hay un bote salvavidas que espera por ti y por mí!

Este mundo se encamina a su final, ¿supondrás que lo que ahora conoces nunca será destruido? ¿Aceptarás la salvación divina que te ofrece la oportunidad de vivir eternamente? Pablo escribió: «Porque él se entregó a la muerte como rescate por la salvación de todos» (1 Timoteo 2: 6). Jesús quiere rescatarte, anhela llevarte al cielo y ha hecho todo lo necesario para que vivas junto a él por la eternidad.






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