¿ERES CASQUIVANO?
Reflexiona en lo que te digo, y el Señor te dará una mayor comprensión de todo esto. 2Timoteo 2:7
En su libro El mago de Oz, Lyman Frank Baum relata la conversación que sostuvieron el Espantapájaros y el Hombre de Hojalata, cuando el primero cayó en un hoyo.
-¿Por qué no esquivaste el hoyo? -le preguntó el Hombre de Hojalata.
-Me falta inteligencia -fue la alegre respuesta- Tengo la cabeza llena de paja, ¿sabes?, y por eso voy a ver a Oz para que me dé un cerebro.
-¡Ah!, ya entiendo. Pero, al fin y al cabo, un cerebro no es lo mejor que hay en el mundo.
-¿Tú lo tienes? -preguntó el Espantapájaros.
-No, mi cabeza está enteramente vacía -respondió el Hombre de Hojalata- Pero en un tiempo tuve cerebro, y también corazón y, como he tenido ambos, prefiero el corazón.
El Espantapájaros mantuvo firme su decisión:
-Yo pediré un cerebro en vez de un corazón, pues un tonto sin cerebro no sabría qué hacer con su corazón si lo tuviera.
En el libro de Proverbios, capítulo 7, Salomón cuenta la historia de un joven que, como el Espantapájaros, parece que no tenía cerebro. En el versículo 7 describió al mozalbete como un individuo falto “de juicio”, “de sensatez”, “de sentido”. La versión Palabra de Dios para todos se refiere al joven como alguien “especialmente torpe”. En realidad, Salomón está describiendo a un joven “casquivano, falto de seso”.
¿Por qué le faltaba “cerebro” a ese muchacho? ¿Tenía malas calificaciones? No. ¿Tenía una mala memoria? No. Al muchacho le faltaban “los sesos” porque no pudo controlar su apetencia por el sexo. El sexo si es lícito, es bueno; pero el joven de Proverbios, como no supo usar bien su cerebro, fue a parar al lecho de una prostituta; por tanto, era “como un buey rumbo al matadero, como un ciervo que cae en la trampa y al que luego una flecha le parte el corazón” (vers. 22, 23). El uso inadecuado del sexo terminará partiéndote el corazón.
El hoyo en el que cayó el joven de Proverbios 7 fue el sexo ilícito, ¿cuál es el tuyo? ¿En qué hoyo te encuentras en este instante? Si, como al Espantapájaros, te hace falta un cerebro, ¡pídeselo a Dios, que él te lo dará! No seas casquivano.
Tomado de: Lecturas Devocionales para Jóvenes 2016
“Visita mi Muro, 366 Mensajes que Inspiran”
Por: J. Vladimir Polanco.
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